miércoles, 4 de diciembre de 2013

Vacaciones en el mar



Vaya por delante que intenté leer La broma infinita, que de hecho conseguí llegar hasta la página 200 más o menos y que a ratos me entusiasmó. Pero era un verano, y entre resaca y resaca, el calor y otras cosas lo fui dejando. Así que me acerqué a Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer con algún prejuicio, temeroso de encontrarme cientos de notas a pie de página, personajes secundarios que aparecen y desaparecen y demás parafernalia post-post moderna. Por eso adquirí la edición de bolsillo que cuenta con un único reportaje, el que da título al volumen. Pero no, es un libro deliciosamente irónico, un ejercicio de periodismo interesantísimo, escrito con toda la claridad y horizontalidad de la que la prosa en inglés norteamericano es capaz. DFW consigue crear esa vuelta de tuerca, ponerse en la piel del confiado cliente de uno de estos cruceros, hacer como te que lo pasas bien, intentar seguir todos los consejos para divertirte que te pueden dar en un viaje organizado. He reído, me he avergonzado de ciertas situaciones y sobre todo he disfrutado, he vuelto a conseguir viajar con un libro, que no es poco. Un consejo: después de leer  Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer se debería leer Las correcciones de su amigo Jonathan Franzen, las similitudes son importantes.