Comencé con entusiasmo Zuckerman encadenado pero luego me
cansé: Philip Roth jugando a ser Philip Roth. Philip Roth que abusa de su
personaje y álter ego Nathan Zuckerman (proezas sexuales, vanidad literaria,
vida de escritor). Roth que cansa con su reiteración del universo judío y
pequeño burgués de su Newark natal.
El libro se compone de tres novelas
breves (La visita al maestro, Zuckerman encadenado y La lección de anatomía)
tres novelle que van de más a menos en
cuanto a divertimento y en las que destaca uso magistral de la prosa (la
linealidad de la prosa Roth y su maestría en las descripciones es necesario
reconocerla) y los diálogos (eso sí, en la tradición de la ironía hebrea) pero
que enlazadas en un único volumen agotan al lector más paciente. La última
novelita tuve que dejarla por aburrimiento generalizado.
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