miércoles, 26 de febrero de 2014

La autorreferencialidad dijo basta

Comencé con entusiasmo Zuckerman encadenado pero luego me cansé: Philip Roth jugando a ser Philip Roth. Philip Roth que abusa de su personaje y álter ego Nathan Zuckerman (proezas sexuales, vanidad literaria, vida de escritor). Roth que cansa con su reiteración del universo judío y pequeño burgués de su Newark natal.


El libro se compone de tres novelas breves (La visita al maestro, Zuckerman encadenado y La lección de anatomía) tres novelle que van de más a menos en cuanto a divertimento y en las que destaca uso magistral de la prosa (la linealidad de la prosa Roth y su maestría en las descripciones es necesario reconocerla) y los diálogos (eso sí, en la tradición de la ironía hebrea) pero que enlazadas en un único volumen agotan al lector más paciente. La última novelita tuve que dejarla por aburrimiento generalizado.

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